Hoy me salvó el desierto,
ésta montaña rusa.
El aire fue nuestro,
te lo prometí,
me lo juraste,
cuanta esperanza,
cuanta revolución en lo personal,
en un solo cuerpo.
Llego a casa lloviendo otra vez.
Y me doy cuenta de que...
nunca tendré demasiada dosis de poesía.
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