divendres, 17 de febrer del 2017


(El día de las medusas o el arte de desaparecerse)

Tanto esfuerzo por camuflarse
¿Para qué?¿Para quién?
Ahora entiendo tanto cansancio...pero ahora...

Suena una trompeta!

...y tu tomas vino y fumas, y buscas trabajo por internet, y miras fotos de tu madre de joven y entiendes intrínsecamente que tenemos mucha suerte.

Te emocionas por ello, medio lloras, 
y llega la primavera y suenan cada vez más trompetas.

Oyes que te están esperando todos esos bailarines, todas esas estrellas en el papel...las pintaste con tanta delicadeza, ojalá te hubieras visto...

Le sonreíste al pincel porque sabías que dibujaba todas las verdades.
Le sonreíste, 
os habéis reconciliado al fin, 
después de tanto tiempo.

Y ahora, en tiempo de medusas y humos, lo agarras fuerte, te tapas el rostro con un manto negro y la procesión empieza; con vosotros dos, vosotros dos la encabezáis, os siguen calle abajo las pezuñas de todas las bestias con las que estuviste hablando estos meses, quizás años, esos pequeños ataúdes vacíos llevados por enormes ranas sonrientes, árboles junto a casitas con pequeños pies que sacan humo al caminar detrás vuestro, rostros africanos que cantan con los párpados cerrados...os cantan, os siguen todos.

Nosotros también os seguimos, os vemos a lo lejos comenzar un camino lleno de significado.

Nos veremos al llegar a destino,
estaremos bien,
ojalá tu no te entretengas demasiado en querer saberlo todo.

Luz y fuerza compañeros.

diumenge, 5 de febrer del 2017


Suenan gritos de dos personas en una noche Romana de ferragosto,
Paolo Conte de fondo.
Vestidos de los años 50 y una brasa dentro del pecho de Maria
la miro crepitar,
existe.

Mi gato en la barra de una cafetería gris y azul, 
luz de fluorescente.
Un camarero tiene bigote de artista.

Una niña con síndrome de down rezando compulsivamente de rodillas
una iglesia del siglo XII, 
luz de velas en los cristales de las gafas de la niña.

Un polaco que mide 1,95m,
rodeado de bolivianas y gallinas,
rien poseídas
un diente de oro en cada boca.

Una arma, mi barriga, y yo que no reacciono, no me veo,
la otra chica aletea sus brazos contra tres niños de ojos sin edad
noche negra, 
calle San Luis, esquina con Bulnes.

La chica corre, corre, corre...le botan las mejillas sueltas
aún no llega pero todos la miran.

Irá a algún lugar?