dijous, 28 d’abril del 2016


Quizás nada cambió, 
quizás vi mi vida a través de vos, 

quizás nada cambió.

No quise herir tu corazón, 
no quise mentir, 
ni sentir morir.

Y lloré, 
pensando que algún día mi alegría volvería.

Quizás nada cambió 
y descubrí soledades que no busqué.

Y lloré
y quedó para siempre.

Amor, azul, violeta.

Y lloré.

No quiero más que exista ésta pena en mi,
aunque se oculte lo veo.

Y lloré.
Quizás nada cambió.

No quiero que me veas, escuchando la luz de tu corazón azul,
volado, 
colgado de un andén azul.

Quizás nada cambió, 
quizás vi mi vida a través de vos.

Amor, azul, violeta,
quizás nada cambió.

Oscurecí y morí.

No quiero herir tu corazón,

aunque se oculte lo veo.

Anónima,
Hospital Psiquiátrico de mujeres, "El Moyano",
Buenos Aires, 2012.

diumenge, 24 d’abril del 2016


Lo de menos
tocar ese metal.

Aunque me lo regales

sabes que las manos de café y plata 
no se lo merecen, divisan el nombre de mi madera infinita,
en ese ahora en el que tus trajes se convierten en bruma.

Quizás fue así siempre,
yo no sé porque entendí todo lo contrario.

¿Te acuerdas de ayer?

En la última vocal
se rompió algo,
quizás tu también lo oíste.

Así pues me borro, me vuelo, me bailo, me miro, me escribo, me hago, me sonrío
ya no más nada con ese temblor que te sale al caminar.

Desde ahora
tu solita 
te tendrás.