Me abrazo las manos, se sienten frías entre ellas, quedan como un puño las dos entrelazadas.
Con el tiempo he dejado de odiar, con el tiempo amo más.
Con el tiempo comprendo de amor.
Las cosas se convierten en ancestros que me hablan correctamente y con voz profunda desde el suelo, ya no se me escapan tanto como cuando intenté agarrar un pez frío en el mar unas vacaciones en las que se me rebeló mi primera injusticia...una que ha durado años pero que supe afrontar, de las pocas cosas que tuve tan claras.
Sentí un león adentro, sentí una furia generosa en mi sangre, unos brazos dispuestos a parar la enfermedad.
La luz y la fuerza navegaban por mis venas...venas duras las mías.
La luz y la fuerza navegaban por mis venas...venas duras las mías.
Debo recordar eso.
Para dejar de ser esa niña mitómana que todo lo explota.
Debo recordar el poder.
Poderosa mi carne, hay que hacerla más poderosa aún.
Estrellas duerman conmigo, se terminó el apagón!
