dimecres, 25 de febrer del 2015

Como si estuviera muerta, 
una fuerza que no puede parar de mirarme, mirarme, mirarme.

Horas mirándome.

Soy capaz de perder horas de madrugada mirándome como si estuviera muerta, 
fotos y más fotos de mi vida. 

Estoy muerta y me pongo en el papel de aquellos que me conocieron mirando mis fotos, todas. 

Me las sé todas de memoria, pero aún así las miro, me miro, no puedo reconocerme; y aunque me recuerdo, no sé relacionar la chica de las fotos con la chica sentada en la cama delante de facebook repasando cada foto de su supuesto rostro.

Ególatra, suicida sin valor, pasiva sin vida.

Morirme, imaginarme a mi madre leyendo todas las libretas repletas de historias, la mismas historias, sorprendiéndose al leerlas como si no hubiera sabido quien he sido yo en la realidad, cuando es todo lo contrario.
Ella no vería nada entre mis cosas que la sorprendieran en absoluto...entonces porque esa fantasía de morir para ser entonces conocida?

Será que los días son agua turbia, arena insistente... tan insistente que no puedo parar de mirar mis movimientos anteriores para recordarme,
recordarme en el sentido más estricto de esa palabra. 

Recordar me...y volver a arder.

De momento ni una chispa,
solo estas estupideces que no alimentan una mierda, 

Solo hambrienta, febril y macabra.