Me entró esa furia,
invadió sin preguntar.
Terror disparado,
fuerza dura,
de mi pelo hasta los pies.

Las mentiras se me escurrieron de la boca,
la elevación,
y todas las lenguas que no tuve.
Ya no subíamos, 
entre nuestros cuerpos reincidentes esa mierda que nos persigue.

De la imantación más profunda a un rechazo que me agarró rabiando,
a grados bajo cero,  
huyendo de cientos de párpados de hormigón en ese edificio fantasma.

Y con esa noche me quedé, esa noche sin propiedad, esa noche sin mi.
Esa noche me la llevé a 15.000km, 
me la subí a un avión, 
me la dormí un mes entero.

Y sigo sin saber quienes eran,
esas bocas probablemente más lúcidas que la mía.

Lo único seguro,
terminamos diciéndonos lo mismo la una a la otra,
incluso pensar en esto, 
en ella, 
en aquello, 
en lo nuestro, 
en todo esto es absolutamente aburrido, 
sin sustancia.

Aunque somos,
en nuestras soledades, 
aullidos, 
ventaja, agua enorme.

Pero nada, 
mucha nada...asco.
Nuestras lamidas,
son indigestión,
en cualquier lugar deshonesto del planeta...
Morimos juntas,
vomitivas y traidoras bocas las nuestras. 

Para finalmente terminar colgadas, 
voladas, 
de nuestro andén negro, de nuestro andén eterno.

Caramelo quemado.

La gran mentira...nunca la dirás, nunca lo dirás, nunca se lo dirás; no puedes, es imposible de nombrar, inexistente sino se pronuncia, interminable, abominable, indescifrable.

Pero sucede, 

sucede aunque no lo oficialices con una palabra, con dos o con tres; ella sigue recorriendo, respira, vive, continua, crece...sigue invadiendo tus venas y sientes que la presión corre por ellas hasta llegar a tus labios que se sellan al instante en que el espesor repentino en tu sangre hace sentir tan prieta tu garganta que toda tu te estremeces y se terminó.

Se terminó para siempre,

crees...

Pero tu cuerpo sigue lento, aún asustado por las arterias asfixiadas hace un instante, por la lengua sudada y los labios secos, dañados, sellados en unas sabanas y hasta de ese beso que dices que no te gustó.

Pero es mentira, 

todo es mentira.

Y se lo dices, 

lo dices, 

esta vez parece verdad...tan verdad que es irremediable, esta vez lo pronunciarás y lo haces, te ves, 

pronunciándolo.

Y la nada, 

no ha pasado nada, todo sigue siendo mentira, pero pensabas que era verdad esta vez...tu estómago estalló cuando la respiraste. Y la quieres, quieres que te quiera, quieres quererla, quieres querer, quieres...quieres nada. 

Basta, 

no te soporto más, muere estallada, sácate el corazón de a poquito por tus dedos...vive para siempre.