dimecres, 21 d’abril del 2010

L

Hay un salón, un salón típico de piso de estudiantes...un salón no típico más bien.
Un salón oscuro, enérgico, lleno de olor a vitalidad y a dudas.

Un salón con dos sofás incómodos y anarquistas que ojalá pudieran hablar sobre todo lo que pensé sentada, fumando en ellos.
Un salón con paredes blancas, pero poco blancas; están llenas de manchas de lambrusco, golpes y dibujos de todos los que estuvieron alguna vez allí.
Un salón donde cuando me miras, parece que tus pecas también lo hacen.

Una noche, a mi me pesaban las pestañas y las mentiras que hacian crecer el hielo entre ella y yo...y entonces...despues de un ultimo trago...
tu, te atreviste a decirme que no tubiera miedo.
Me miraste, como queriendo ser yo...como queriendote meter en mi cabeza.

Me dijiste que había llegado la hora de borrar medio papel...me dijiste que los dibujos no siempre salen bien...aunque sinceramente creí que lo estaba haciendo bien hasta que la conocí.
Me dijiste que aunque mi papel quedara en blanco durante un tiempo y aunque me aterrara esa idea, sólo así podría conseguir dibujarla en mi papel y llevarla siempre conmigo.


Pero esque sabes qué? que fuí covarde; y cuando ella me dió una goma y me propuso borrar el dibujo que llevaba echo hasta entonces no fuí capaz y fingí que me mi dibujo me gustaba y no lo borré...y el otro día supe que otra persona fué capaz de borrar su papel, fué valiente como para dejar su hoja en blanco, y ella se fué lejos...a dibujar con la otra persona que no era yo.

Y aquí me he quedado...con mi dibujo, el cual sinceramente es una puta mierda...y justo ahora me arrepiento, joder si me arrepiento de no haverme atrevido a borrar, de no haverme atrevido a canviar por ella.

Y ahora no le veo sentido a canviar nada...si total...ella ya encontró un papel para compartir.

Es demasiado tarde.
Simplemente me limito a jurar que moriría por ella...mientras no hago nada. Nada de nada.
Me vuelvo a anestesiar como siempre, y me dejo morder y dejo que venden mis ojos...y que hagan los que quieran conmigo...es que sabes...creo que me he rendido.

Lo siento...tu pelo naranja no sirvió de nada esa noche. La he perdido.
Aunque gracias por hacer que mis pestañas dejaran de pesar para dejarles su turno a las lágrimas.