dijous, 13 de desembre del 2018





Maravilla, agua turbia.

Salgo de su casa con miedo
cansada,
si, cansada, de este miedo.

Colgada, viciada, sin mesura.

Ella,
maravilla,
agua turbia.

Más turbia que agua.

Seguro que será la última vez que la veré,
no me escribirá más,
no querrá más dormirse en mi.

Del otro lado de la puerta,
mi agua turbia,
favorita,
piensa lo mismo.

Yo maravilla,
agua turbia,
quizás más agua que turbia,
yo,
si yo,
más río negro, remolino, marea.

Me sublevo inundada,
llena de sus manos,
de su boca tormenta,
diluvio.

Somos maravilla, agua turbia,
mucha agua, muy turbia,
turbiedad movimiento,
vida, aleteo, profundidad.

Somos aquello que cubre, 
que tapa 
lo que molesta al fondo,
lo que levanta la arena y muerde lo cristalino.

Desequilibrio monstruo,
tu y yo entre cuerpo océano y días sin aparecer,
sin saber,
nada.

No te volveré a escribir.

Hasta el viernes.

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