dimarts, 29 de març del 2016

Miro la cara de mi imprudencia,
la misma que lleva puesta mi impulso.

Miro la cara de lo que decidí,
la de mi cobardía que traigo mordida en mis piernas

y confío.


Confío mucho en mí,
en tus palabras
esas que me dices sin temblar.

Confío en tu independencia,

y en tu libertad,
tu fuerza ancestral de animal negro.


Es a él al que lamo,
al que amo,
al que muerdo.


Eres una bestia

y juego con tu verdad y me la trago,
no puedes esconderte,
te huelo y t
e entregas,
me salvas, 

me das todo sin quererlo.

Pero lo sé todo,
soy capaz,
quizás te gustaría que fuera de otra forma,
aunque sabes que soy de tu misma sangre,
un soldado voraz,
un felino que desea cabalgar por tus intestinos.

Te veo cuando giro los ojos y no te miro.
Ahí atrás eres agua tranquila, 

vas desprendiendo gotas de planetas que un día fueron mi casa, luchas con la misma piel que usaron las compañeras con las que un día fui a la guerra.

Sabes que estaré bien,
sé que estaré bien.

No hay vuelta atrás.
porque no existe tal lugar.
Por suerte nuestra, 
nada es determinante,
ni para el resto de la eternidad. 

Lo único que es pasa siempre 

es seguir,
mutar,
retroceder,
cambiar,
rectificar.


Quisiera volver,

volver a verte,
enamorarnos mucho más,
gritar, pegarnos, vomitar agua turbia, fundirnos y explotar.


No creo en irme,
camino,
reparo,


todo lo puedo hacer en todas partes.

Nada me detiene,
nada me detendrá jamás,
le daré siempre lugar al deseo.

Te deseo.


La furia y la fuerza me las pongo ya.
Y el amor tatuado como motor eterno.

Donde tu estés ahí iré,
aunque a ratos me mueva,
me retuerza,
me escape.

Tu, 
mi amor, 
amor del bueno,
te buscaré,
no,
que digo?

Te encontraré.

2 comentaris: