diumenge, 29 de maig del 2016

Ai Juanita, si tan solo pudiera parecerme a ti.
Te cuento lo siguiente
que resulta que
le digo adiós.
Y no la puedo complacer,
quizás no toca que la complazca,
ni un minuto más.

De todos modos mi estómago ya es hormigón caliente.
No aprendo,
aunque parezca que crecida ando.

Éstos años junté poder,
y ahora me vigilo;
hasta dormida,
no descanso.

Explotaría, 
lo desenredaría todo.

Pero no.

Vivo en la espalda de mi resistencia.
La inhalo y se me salen por las grasas las ganas,
soltarme.
Al margen de todo,

Pero no.
Aún están todas presentes,
intrusas en mi plato.

Y me cuido,
sin puerta
suelto a los perros.

Pero no.

Vigilancia eterna y maldita
y yo rezando en voz alta.

Borde oscuro.

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