dilluns, 10 d’octubre del 2016


Tengo ganas de notar el peso de mi hueso del dedo
verlo moverse debajo mi piel primero, 
como una suerte de embarazo,
casi transparente,
un feto chiquito
duro y esquelético.

Saberlo adentro de mi carne, 
ese huesito...tan pequeñito, 
lo lloro.

Lloro también su (mi) carne, tanto tacto,

carne tesoro.


Me doy la mano, 
nunca me había estrechado mi propia mano...

se siente tan bien.

Esa fuerza 
verdad.

Abrázate la mano 
verás lo distinto.

Y entre tanta carne, tanta historia en cada poro,
el cigarro se me pega al labio seco y me lo arranco despacio.

Duele.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada